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 Preboda de Soledad y Ewan 

Vivir la vida y aceptar el reto, recuperar la risa, ensayar el canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida y retomar los cielos, No te rindas por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se calle el viento, aun hay fuego en tu alma, aun hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estas sola, porque yo te quiero.

Esta es la última parte de una poesía de Mario Benedetti, escrita en la contrahuella de cada peldaño de una escalinata del parque del Retiro donde Soledad y Ewan pasearon su amor un cálido día del mes de mayo, dos semanas antes de su boda.

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